domingo, 20 de noviembre de 2011

Ukelele (10° parte) FINAL

Dos meses, sesenta y un días... desde que te dije por primera vez las palabras que no podía tener dentro de mí, porque me quemaban... ahora son otras cosas las que arden en mi interior: la incertidumbre, las peleas tontas que siempre mantenemos, tu falta de interés por mí, tu actuada indiferencia por mi "amor"...

... y aquí estoy yo, nuevamente, parado frente a tu sonrisa, y más desconcertado que antes. ¿Por qué el amor no es simplemente el amor?, ¿por qué los seres humanos complejizamos todo?... en mi mente sólo suenan las palabras que me dijiste la última vez que hablamos del tema: ¡Es que yo no he hecho nada para que vos sintás eso por mí!, ¡Realmente vos no estás enamorado de mí!... ¡Tenés que intentar... OLVIDARME!

Si fuera tan fácil olvidar ya no pensara jamás en vos... no soy un masoquista y no me gusta hacer cosas que me hacen daño y... sí... pensar en vos me daña más de lo que quisiera y por eso ya tomé la decisión que tenía que tomar... sólo espero ser fuerte para no regresar nunca más.

Cachorro, prometo nunca más buscarte, nunca más hablarte de amor, nunca más querer besarte, nunca más  guardar una ilusión, nunca más ver fijamente tus ojos, nunca más tocarte el corazón, nunca más escribirte un poema, nunca más imaginarme tu voz, nunca más soñar que al fin te tengo, nunca más perder la razón, nunca más sentir lo que siento... nunca más volver a pensar en vos. Nunca más.

Pero en el fondo, dentro de mí (y más en el fondo, dentro de vos), ambos sabremos que me cambiaste la vida, que sacaste al Rey que jamás nadie vio, que es capaz de sentir algo bonito por alguien... me cambiaste la vida sin siquiera proponértelo, con sólo cruzarte en mi camino...

Por eso, aunque ahora te deje y tenga que alejar y matar en verdad todo lo que siento, siempre esperaré que algún día, entre tanta normalidad, seás vos quien toque la puerta de mi corazón, que lentamente te acerqués para hablar quedito y que entonces, cuando estemos nuevamente cara a cara me hablés de lo que pudo ser, y sobre todo de lo que aún puede ser, me confeses las cosas que jamás te atreviste a decirme, saqués de mi alma las palabras que siempre quisiste que mis labios pronunciaran... y entonces que tus labios se acerquen a los míos, y mientras me pedís que no diga nada poder sentir el beso más lindo y más esperado que jamás una persona ha sentido...

Porque sólo vos lograste sacar los sentimientos más puros de mi rara personalidad... sólo vos me llevaste a un mundo desconocido que me gustó más de lo normal.

Sólo vos exprimiste tanto mi alma que la dejaste limpia y con ganas de amar... sólo vos sabés tocar las cuerdas de mi corazón como un Ukelele y sacar de él la música más bonita del mundo.

Claro, sé que todo esto simplemente es una ilusión.

FIN.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Ukelele (9° parte) PENÚLTIMA

A dos meses de haberte dicho lo que te dije, a un mes de haber aclarado todo... a un mes de saber que todo es y será una ilusión sólo se me ocurre escribir un cursi poema que, espero, nunca llegue a tus manos, aunque en verdad mi deseo es que alguna vez lo leás...

Catorce
Sólo dime en silencio
lo que tus labios jamás podrán decir
Cuando estamos frente a frente
tu corazón acelera su latir

Sentiré lo que pensé
jamás podría sentir
Mira directo a mis ojos
ellos no te podrían mentir.

Sólo tú y yo encerrados en una ilusión
y sólo yo esquivando la razón
Así, cada catorce de cada mes
en mi mundo sólo existiremos los dos.

Sólo júrame que alguna vez
también pensaste en mí
Que jugando a la indiferencia
mi recuerdo no te dejó dormir.

A veces temo perderte
en otro mundo sin fin
A veces temo encontrarte
y procuro no pensar en ti.

Sólo tú yo yo encerrados en mi ilusión
luego estoy solo buscando una razón
para intentar olvidar, no pensar, no temblar
pero cuando te veo sólo existimos los dos

Sólo siente con el alma
lo que entre nosotros nunca pasará
Yo me abrazo a tu mirada
con cada suspirar
Yo he besado tu recuerdo
cada día al despertar
Yo he llorado en tu irreal regazo
como jamás creí llorar

Sólo estamos los dos en una ilusión
sólo estoy yo perdiendo la razón
y así el catorce de este mes
te invito al silencio que se da entre los dos
pero sólo es una ilusión...
sólo una ilusión....
sólo mi ilusión.

Ukelele (8° parte)

Sigo pensando en vos Cachorro, a veces me cuesta aceptarlo, pero es la fría realidad, más fría que mi piel cuando la rozan estos últimos vientos de octubre. Ahora te imagino aquí, sentado junto a mí, casi siento que puedo percibir tu aliento, tu cara, tus ojos de "quiero que me digás que me querés", tus brazos cálidos alrededor de mi torso brindando un poco de calor a este frío que cada vez se hace más intenso... claro, es sólo mi imaginación, ya que jamás he tenido un abrazo tuyo, y si lo tuviera, lo guardaría en un cajón para que no se perdiera.

Odio romper is promesas, pero con vos es inevitable, ahora sí estoy seguro que esta es la última vez que te pienso, te sigo sintiendo junto a mí, bajo este árbo, en esta pequeña colina, recibiendo los vientos de este 31 de octubre... quiero que te quedés junto a mí, yo sé que es inevitable, Cachorro... así que voy a dejar que todo lo que siento se vaya con el viento.

Poco a poco voy viendo como va desapareciendo tu imagen, cada vez este viento es más fuerte. Los vientos arrecian, los vientos pasan, los vientos no paran... ya van difuminando tu cara, ya van llevándose tus brazos que me acobijaba... ya no estás. Me siento perdido, sólo quiero ser una hoja y que también se la lleve el viento para buscar tus recuerdos, pero es imposible... estoy a punto de romper otra promesa, una lágrima va saliendo de mi ojo cuando me prometí nunca volver a llorar por vos... creo que no va a importar porque la va a secar también el viento.

Estoy a punto de olvidarte Cachorro, no por lo que me dijiste, sino por mí... esta sólo es una historia más de amor no correspondido... sí te amé, te amo u no sé si te amaré, pero hoy sólo quiero que todo eso se vaya con el viento y lo guarde en un lejano rincón de mi ser... Aunque por dentro siempre esperaré verte frente a mí, viéndome a los ojos, sintiendo los latidos de mi corazón que se aceleran por vos...

domingo, 13 de noviembre de 2011

Ukelele (7° parte)

Sentado. En el tronco de un árbol. Los vientos dan una sensación de frío soportable sobre esta pequeña colina, los vientos pasan, despeinan mi pelo. Los vientos...  Y frente a mí un hombre se come una manzana. Ve el reloj y espera... y también recibe el viento.

Mientras tanto yo pienso en vos Cachorro.... otra vez... a pesar de que ya hablamos, a pesar de que ya me dijiste con una sonrisa en los labios que jamás pasaría nada entre los dos... a pesar que te prometí jamás volver a pensar en vos.

De repente llega una mujer de falda y se para tras el hombre que ya se ha comido la manzana... él no la percibe y ella lo contempla como si le quisiera decir algo... sí, así como yo te veo cuando estás dormido, con los mismos ojos empapados en lágrimas, con el mismo sentimiento, con el mismo ¿amor?

A los minutos el hombre se da cuenta que ella está allí, se para, de da un frío abrazo y un beso... es allí dónde yo me pierdo en mis locuras... ¿cómo habría sido nuestro primer beso? ¿De qué habríamos hablado al cumplir cinco meses de novios?... pero el beso de la pareja fue corto, ella empieza a hablar y él la toma de las manos. Hablan quedito, como si tuviesen miedo que el viento se lleve las palabras... al rato ella se suelta, da media vuelta y se va... el hombre no la sigue, simplemente se vuelve a sentar, saca otra manzana y la come, con la mirada perdida, hacia el horizonte.

¿Por qué son tan complicados los seres humanos?, ¿por qué no simplemente nos dejamos ser... sin pensar? A veces tenemos el amor a nuestras puertas, y lejos de aprovecharlo dejamos que se lo lleve el viento... a veces el amor no es más que una invitación a una efímera felicidad, el problema es que nosotros padecemos de una eterna preocupación... y es así como dejamos escapar el sentimiento más sublime que somos capaces de sentir.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Ukelele (6° parte)

Creo que ya hice lo que tenía que hacer, haya sido confuso o no ya te dije lo que tenía que decirte... Pero no sé por qué siento que hay todavía una historia inconclusa entre nosotros. No he escuchado un sí ni un no de tus labios, sólo he visto esa sonrisa que me cautiva, y tus ojos sobre mí... me gusta descifrar tus pensamientos, pero también sé que puedo equivocarme.

La verdad con tanto tiempo sin verte creo que hoy me he levantado sin ganas de amar, sin ganas de recordarte, sin ganas de que vuelvan a mi mente todas las cosas que pasaron la última vez que te vi... Hoy te voy a ver, y espero no quebrarme ante vos. Yo sé que me sigo engañando porque cuando te vea todo esto va a cambiar, voy a ver tus ojos cafés tan pacíficos que invitan a perderme en ellos, tus labios que me tientan a besarlos y escuchar tu voz que me hace caer en un abismo de cursi sin salida.

¿Qué me pasa? descubro que dentro de mí hay sentimientos que nunca había sentido... quiero hablarte, abrazarte, sentirte... pero no puedo. Te veo a lo lejos, te vas acercando, me saludás... ¡Hola Rey!... te comportás como si nada. En verdad creo que en vos no pasa nada, pero dentro de mi ser arte una llama que no puedo apagar, ni siquiera intentándolo... sé que te quiero más de lo normal, pero no sé en dónde va a parar todo esto.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Ukelele (5° parte)


¿Me permite que le lea la Palabra de Dios?, el gentil gesto de la señora hacía imposible rechazar su petición. 

Empezó hablando del mismo tema con el que siempre empiezan las personas que, de buena o mala fe, se dedican a leer la biblia a las personas en las calles del agitado El Salvador: Dios mandó a su hijo para salvarnos, tenemos que aceptar a Jehová en nuestro corazón, para poder entrar al cielo. Por eso, ¿Me permite hacer una oración con usted? No es para cambiar de religión, simplemente para aceptar que Dios entre en su vida ¿La hacemos?

No puedo, no me siento preparado para hacerlo. Tengo muchos pecados. La señora no entendió, me empezó a decir que todos somos pecadores y para eso es la oración, para poderaceptar que Dios nos hará salvos. Le confieso que yo tengo un problema más grande, que no me permite estar en paz con ninguna religión, he ido a la iglesia en busca de una respuesta pero aún no la he conseguido. Ingenuamente la señora empezó a preguntarme si se podía saber cuál era el problema. Entonces empecé a contarle. 

Yo le declaré mi amor a alguien, y esa persona no me corresponde. Ah, pero ese no es ningún pecado hijo… continúa con ingenuidad… ¿Y si esa otra persona es de mi mismo sexo?... Ah, entonces sí.

Empezó a hablarme de que debo buscar la ayuda de un pastor, que eso puede ser normal pero que debo pedirle a Dios con toda mi fuerza que me quite esos sentimientos. Yo le respondí que el problema es que yo no quiero que esos sentimientos se vayan porque me hacen ser feliz y le pregunté si tenía esposo. Sí, si estoy casada y tengo dos hijos. ¿Y usted lo ama?...

Mire: le voy a ser sincera: cuando me case estaba enamorada de él, pero ahora, no le voy a decir que no lo quiero porque es mi esposo, pero es más por costumbre que sigo con él…
 
Pero, ¿qué sentía? ¿Le daban ganas de abrazarlo, de estar con él cuando se casó?... Sí, estaba enamorada… Entonces eso es lo que yo siento por él.

La cara de la señora se convirtió en un gesto de nostalgia y confusión a la vez. Pero reaccionó: Es que es el Enemigo el que le mete a los hombres esas cosas en la cabeza para confundirlos, porque en la Biblia dice que un hombre debe estar con una mujer. Mire esos problemas son normales. Le quiero preguntar: ¿A usted lo castigaban muy fuerte cuando estaba pequeño?... No.

Ah entonces ¿lo  mimaban mucho?... Es que soy el más pequeño, era normal…. Es que a veces cuando los papas tratan mal a los hijos o cuando les dan mucha libertad pasan esas cosas, pero usted necesita la ayuda de un Pastor y confiar en Dios que le va a quitar esos pensamientos de la cabeza. ¿A usted lo trataban así verdad? No, para nada… Ah entonces, lo que a usted le pasa debe ser de herencia. Usted necesita más de esta oración, ¿Quiere hacerla?

Ya se va mi bus, me tengo que ir. 

Le doy un beso en la mejía, a pesar de todo la señora me causó ternura. A veces me preguntó si la naturaleza humana no es algo natural…

A veces el amor se vuelve una costumbre, pero entonces, ¿será que la costumbre es amor?... me alejo en el bus y dejo atrás aquella señora, de seguro, pensando en su esposo.